Categorías: Oftalmología

Los infartos, aunque comúnmente los asociamos con problemas cardíacos, también pueden ocurrir en otros órganos del cuerpo. Cuando afectan a los ojos, se les conoce como infarto ocular. Este es uno de los problemas más serios que pueden comprometer la vista, ya que puede resultar en una pérdida de visión permanente si no se trata adecuadamente.

¿Qué es un infarto ocular?

Un infarto ocular ocurre cuando se bloquea el flujo sanguíneo a una parte del ojo, generalmente la retina, impidiendo que los tejidos reciban oxígeno y nutrientes esenciales. Esta interrupción puede llevar a un daño significativo y, en casos graves, a la pérdida permanente de la visión.

Tipos de infarto ocular

Existen varios tipos de infarto ocular:

  • Oclusión de la arteria central de la retina (OACR): Este tipo de infarto ocurre cuando la arteria principal que suministra sangre a la retina se bloquea. Es una emergencia médica y suele provocar una pérdida de visión súbita y severa.
  • Oclusión de la vena central de la retina (OVCR): En este caso, es la vena principal de la retina la que se obstruye, lo que provoca una acumulación de sangre y líquidos. Esto puede llevar a una visión borrosa y, con el tiempo, a un daño permanente.
  • Oclusión de las ramas arteriales o venosas: Se refiere a bloqueos en las ramas más pequeñas de las arterias o venas de la retina. Aunque los síntomas pueden ser menos severos que en los casos anteriores, también pueden causar pérdida de visión en el área afectada.
  • Neuropatía óptica isquémica: Este tipo de infarto afecta al nervio óptico, la estructura que transmite las señales visuales desde el ojo hasta el cerebro. Puede ser arterítica (asociada con la arteritis de células gigantes) o no arterítica (generalmente relacionada con factores de riesgo cardiovascular).

Cada tipo de infarto ocular requiere un diagnóstico y tratamiento específicos, por lo que es crucial acudir a un especialista en cuanto se presenten los primeros síntomas.

Qué secuelas puede tener

Las secuelas de un infarto ocular pueden variar considerablemente dependiendo del tipo de infarto, la rapidez con la que se recibe tratamiento y la extensión del daño causado. Las principales secuelas incluyen:

  • Pérdida de visión permanente: En muchos casos, el infarto ocular puede resultar en una pérdida de visión permanente en el área afectada. Esto ocurre especialmente en casos de oclusión de la arteria central de la retina, donde el daño puede ser irreversible si no se trata de inmediato.
  • Visión borrosa: Algunos pacientes pueden experimentar una visión borrosa o disminuida que puede mejorar gradualmente con el tiempo, aunque rara vez vuelve a la normalidad completa.
  • Puntos ciegos: La presencia de escotomas (áreas de pérdida de visión en el campo visual) es una secuela común, especialmente en casos de oclusión de ramas arteriales o venosas.
  • Disminución del campo visual: Puede haber una reducción del campo visual periférico, lo que afecta la capacidad de ver objetos fuera del centro de la visión.
  • Dolor ocular: Aunque menos común, algunos pacientes pueden experimentar dolor en el ojo afectado, especialmente en casos de neuropatía óptica isquémica.

¿Puedes recuperar la visión después de un infarto ocular?

La recuperación varía según el tipo de infarto; por ejemplo, la oclusión de la vena central de la retina puede tener un mejor pronóstico en términos de recuperación parcial de la visión, en comparación con la oclusión de la arteria central de la retina.

La intervención temprana es crucial. En algunos casos, tratamientos como la terapia con láser, las inyecciones intraoculares o la administración de medicamentos pueden ayudar a reducir el daño y mejorar las posibilidades de recuperación.

La presencia de otras condiciones de salud, como la hipertensión, la diabetes o enfermedades cardiovasculares, también puede afectar la recuperación.

Cómo saber si estás sufriendo un infarto ocular

Identificar un infarto ocular a tiempo es crucial para recibir tratamiento inmediato y reducir el riesgo de daño permanente en la visión. Los síntomas de un infarto ocular pueden variar según el tipo y la gravedad del bloqueo vascular, pero generalmente incluyen:

síntomas infarto ocular

Cuidados post infarto

Después de experimentar un infarto ocular, es crucial seguir cuidados específicos para minimizar el daño y promover la recuperación visual:

  1. Seguir las indicaciones médicas: Es fundamental cumplir con todas las recomendaciones y prescripciones del oftalmólogo. Esto puede incluir el uso de medicamentos para controlar la presión ocular o para mejorar la circulación sanguínea en el ojo afectado.
  2. Descanso visual: Evitar actividades que puedan ejercer presión adicional sobre los ojos, como leer durante períodos prolongados o mirar pantallas de dispositivos electrónicos.
  3. Control de la presión arterial y otros factores de riesgo: Mantener bajo control la presión arterial y cualquier otra condición médica subyacente, como la diabetes o el colesterol alto, es crucial para prevenir futuros episodios de infarto ocular y proteger la salud ocular a largo plazo.
  4. Dieta saludable: Consumir una dieta rica en antioxidantes, Omega-3, Vitamina D y Zinc puede promover la salud ocular y cardiovascular. Evitar el consumo excesivo de sal y grasas saturadas también puede ayudar a mantener la salud de los vasos sanguíneos en los ojos.
  5. Rehabilitación visual: Dependiendo del grado de daño y de la recuperación inicial, el oftalmólogo puede recomendar terapia de rehabilitación visual. Esto puede incluir ejercicios específicos diseñados para fortalecer la visión restante y mejorar la adaptación a posibles cambios en el campo visual.
  6. Seguimiento médico regular: Programar revisiones periódicas con el oftalmólogo para monitorear cualquier cambio en la visión y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.

Cómo prevenir un infarto ocular

Mantener una presión arterial saludable y controlar la diabetes y el colesterol son fundamentales, ya que la hipertensión y estos problemas metabólicos aumentan significativamente el riesgo de sufrir infartos oculares. Esto puede lograrse mediante una dieta equilibrada, ejercicio regular y, si es necesario, el uso de medicamentos prescritos por un médico.

Evitar malos hábitos como fumar o el consumo de alcohol es crucial, ya que estas sustancias contribuyen a los problemas cardiovasculares y oculares. Además, realizar revisiones oftalmológicas periódicas permite detectar signos tempranos de problemas oculares y tomar medidas preventivas adecuadas.

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