El ojo seco es un trastorno ocular muy frecuente en las consultas oftalmológicas. Se trata de un síndrome crónico que requiere un diagnóstico adecuado y un tratamiento individualizado.

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¿Qué es el síndrome del ojo seco?

El síndrome del ojo seco es una enfermedad crónica, originada por una mala lubricación del ojo, debido a una escasez de la cantidad de lágrima o a un deterioro de la calidad de esta. Esto produce irritación ocular y/o inflamación de la superficie del ojo.

Puede afectar a toda la superficie ocular y provocar molestias, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la córnea y la conjuntiva.

Suele darse en ambos ojos y ser más común en mujeres, especialmente durante el periodo perimenopáusico.

La detección precoz del ojo seco es esencial. El diagnóstico de la enfermedad se basa, por un lado, en la sintomatología del paciente, y por otro, en la realización de pruebas para medir la concentración, cantidad y calidad de la lágrima, así como el estado de las glándulas que producen la misma.

Síntomas del ojo seco

Entre los síntomas del ojo seco se encuentran los siguientes:

  • Sequedad ocular
  • Sensación de quemazón
  • Ojo rojo
  • Sensación de cuerpo extraño
  • Picor y escozor
  • Cansancio ocular
  • Lagrimeo
  • Fotofobia
  • Visión borrosa
  • Fluctuación de la agudeza visual
  • Pesadez en los párpados
  • Dolor ocular
  • En los casos más graves, pueden producirse cicatrices en la córnea

Estos síntomas podrían agravarse con el viento y en ambientes secos con poca humedad, y cuando se fija la vista y se parpadea poco.

Causas y factores de riesgo

El ojo seco puede tener diversas causas que lo provocan:

  • La causa más común es la alteración hormonal que produce una disfunción de las glándulas lagrimales y un déficit de lágrima.
  • El ojo seco también puede ser secundario a enfermedades sistémicas, en particular a las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, el lupus sistémico eritematoso o el Síndrome de Sjögren.

Por otra parte, es habitual que la blefaritis y la sequedad ocular sucedan al mismo tiempo, y en ocasiones se desconoce si la sequedad ocular es la que produce la blefaritis, o si es al revés.

Además, pueden existir otros factores de riesgo del ojo seco, como los siguientes:

  • Edad avanzada: cuanto más mayor, más posibilidades hay de desarrollar el ojo seco.
  • Uso prolongado de lentes de contacto.
  • Consumo de fármacos antidepresivos, antihistamínicos o antihipertensivos, entre otros.
  • Tratamiento con quimioterapia o radioterapia.
  • Uso crónico de colirios.
  • Haberse sometido a una cirugía ocular.
  • Factores ambientales (aire acondicionado, calefacción…).
  • Déficit vitamínico.
  • Enfermedades inflamatorias crónicas de la superficie del ojo, como la conjuntivitis alérgica crónica y quemaduras oculares.
  • Uso abusivo del ordenador u otros aparatos electrónicos que disminuyen la frecuencia del parpadeo.

Tratamiento para el síndrome del ojo seco

El ojo seco no tiene cura definitiva, por eso su tratamiento está enfocado en evitar y sanar las posibles lesiones de la superficie del ojo, causadas por la sequedad, y aliviar sus síntomas.

En función de la causa y de los tipos de ojo seco, los pacientes puedes requerir distintos tratamientos:

  • Lágrimas artificiales para aumentar la lubricación de la superficie ocular. Se utilizan preferiblemente sin conservantes, en colirio, gel o pomada.
  • Medicamentos oftálmicos para reducir la inflamación, recetados siempre bajo prescripción médica. Pueden ser colirios antibióticos o antiinflamatorios.
  • Recomendación de usar gafas de sol.
  • Oclusión temporal de los puntos lagrimales con pequeños tapones.
  • Cirugía, mediante la oclusión permanente de los puntos lagrimales, para los casos más graves.
  • Utilización de colirio de suero autólogo.
  • Aplicación de calor local sobre los párpados, masaje en los párpados y limpieza de los bordes palpebrales para estimular la correcta función de las glándulas de Meibomio.

Además, en Clínica Medina contamos con la IPL más eficaz para el tratamiento del ojo seco, aprobada por la FDA: la OptiLight de Lumenis. Se trata de una Luz Pulsada Intensa de los ojos, que ayuda a restaurar las glándulas de Meibomio, y disminuye la osmolaridad aumentando el tiempo de ruptura de las lágrimas.

Otros consejos para el ojo seco

Además de las revisiones periódicas con el oftalmólogo es aconsejable que el paciente siga unas indicaciones básicas para sobrellevar la enfermedad de la mejor forma posible:

  • Evitar un uso prolongado del ordenador y de los aparatos electrónicos. Parpadear frecuentemente y realizar descansos visuales cada 20 minutos, apartando la mirada de la actividad de visión cercana.
  • No abusar de las lentes de contacto, y realizar un correcto uso y mantenimiento.
  • Mantener una buena higiene palpebral para eliminar el exceso de bacterias y de grasa, masajeando los párpados y limpiándolos con solución jabonosa o toallitas específicas.
  • Evitar la calefacción y el aire acondicionado, y utilizar humificadores.
  • No frotarse los ojos.
  • Aumentar el consumo de los ácidos grasos Omega-3 para mejorar la calidad de la lágrima.

 

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