La orbitopatía tiroidea es una de las enfermedades más comunes y frecuentes que afectan a la órbita ocular, entre un 50% – 70% de las patologías orbitarias son causadas por esta enfermedad.

Aunque es poco probable, la orbitopatía tiroidea en un 5% de los casos supone una amenaza grave para la visión. Es imprescindible un diagnóstico temprano del oftalmólogo para reducir riesgos.

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¿Qué es la orbitopatía tiroidea?

Se trata de una enfermedad de origen inmunológico que afecta al funcionamiento de la glándula tiroides y, de manera aislada o en conjunto, a los componentes orbitarios. Provoca que los anticuerpos detecten erróneamente a las células como agentes invasores. Los anticuerpos atacan a la glándula tiroides haciendo que tenga un aumento de actividad, y provocan también una inflamación de los tejidos de la órbita ocular y los tejidos blandos que rodean el ojo.

Podemos diferenciar dos fases:

  • Fase activa: existe una gran actividad infamatoria, haciendo que los síntomas sean más evidentes y severos.
  • Fase inactiva: los marcadores de la orbitopatía tiroidea están presentes, pero no se manifiestan con tanta gravedad.

Causas y prevención

En la mayoría de los casos, está asociada al hipertiroidismo, por lo que los pacientes que sufren esta enfermedad son más propensos a padecer orbitopatía tiroidea. Sin embargo, aunque en menor medida, también ha sido asociada al hipotiroidismo.

Del mismo modo, esta enfermedad puede afectar a personas sin enfermedad tiroidea, ya que factores como el tabaquismo, pueden aumentar las probabilidades de sufrir orbitopatía tiroidea.

La orbitopatía tiroidea no se puede prevenir. Aun así, una detección oftalmológica precoz del problema tiroideo permite un mejor control y seguimiento de la enfermedad, por lo que los problemas asociados a ella son detectados antes y se evitan las complicaciones.

Síntomas de la orbitopatía tiroidea

Esta afección ocular produce una gran variedad de síntomas, desde síntomas leves a síntomas graves que pueden poner en riesgo tu visión.

En los estados más iniciales de enfermedad se produce una inflamación orbitaria, bilateral o unilateral, que puede prolongarse en el tiempo hasta años. Lo más frecuente es que la afección sea bilateral y afecte a mujeres de entre 40 y 60 años. La progresión de los síntomas de leves a más severos está también íntimamente relacionada con el tabaquismo.

Algunos de los síntomas más comunes son los siguientes:

  • Hinchazón palpebral.
  • Eritema de párpados.
  • Proptosis o desplazamiento del globo ocular hacia delante (ojos saltones).
  • Retracción palpebral.
  • Estrabismo y visión doble.
  • Sequedad y enrojecimiento.
  • Irritación ocular, lagrimeo y/o sensación de cuerpo extraño.
  • Disminución de la agudeza visual por compresión y daño del nervio óptico. Esto puede producir diplopía (visión doble) o incluso pérdida de visión.

Tratamiento de la orbitopatía tiroidea

El tratamiento para la orbitopatía tiroidea dependerá de la fase en la que se encuentre el paciente y la gravedad de sus síntomas.

  • Tratamiento en fase inactiva: se puede mejorar el aspecto del paciente mediante cirugía rehabilitadora. El exoftalmos puede corregirse con una descompresión orbitaria, la retracción mediante cirugía palpebral y el estrabismo aplicando cirugía sobre los músculos extraoculares.
  • Tratamiento en fase activa: dependerá de la gravedad de los síntomas del paciente.
    • Casos leves: los síntomas como la irritación y el lagrimeo mejoran con un tratamiento conservador para proteger la córnea y mejorar la lubricación ocular.
    • Casos moderados: si existe una progresión de los síntomas y la visión puede verse comprometida, el oftalmólogo administrará tratamientos antiinflamatorios, que consiste en bolos endovenosos de corticoides asociados a otros fármacos inmunosupresores.
    • Casos graves: cuando la inflamación es grave con afectación del nervio óptico o exista una proptosis severa con compromiso de la superficie ocular, que no responda a un tratamiento sistémico; se deberá realizar una intervención quirúrgica conocida como descompresión orbitaria. En otros casos puede ser necesaria la utilización de la radioterapia orbitaria.

Riesgos de los tratamientos

Resulta de vital importancia reconocer los primeros síntomas de la orbitopatía tiroidea, ya que un tratamiento temprano con corticoides puede resultar muy efectivo para evitar complicaciones de la enfermedad y tener que recurrir a tratamientos más agresivos.

En el caso de tener que someterte a una cirugía descompresora o rehabilitadora de párpados y/o músculos extraoculares, la complicación o efecto secundario más frecuente es que tras la operación se inflamen la zona palpebral o conjuntival. Esta inflamación por lo general desaparecerá en unos días. Otros efectos secundarios podrían ser la hipo o hipercorrección, la persistencia de la diplopía, o pérdida de sensibilidad en alguna zona de la cara por lesión nerviosa.

También es posible, aunque muy poco frecuente, que se produzca un sangrado o una infección en la zona intervenida quirúrgicamente. Si se da el caso, acude de urgencia a tu centro oftalmológico para evitar complicaciones mayores.

En condiciones normales, es posible que tu oftalmólogo recomiende varias intervenciones quirúrgicas para revertir los problemas visuales derivados de la orbitopatía tiroidea.

 

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