El glaucoma afecta aproximadamente de un 2% a un 4% de las personas mayores de 40 años en el mundo. Una cifra que se espera que vaya en aumento en los próximos años debido al envejecimiento de la población, por lo que el diagnóstico precoz del glaucoma es esencial.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera la segunda causa más frecuente de ceguera en el mundo, después de las cataratas, pero la primera que lo hace de manera irreversible.

El glaucoma puede provocar ceguera irreversible si no se trata a tiempo, de ahí la importancia de detectar de forma precoz esta enfermedad en las revisiones periódicas oftalmológicas.

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¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una patología crónica degenerativa del nervio óptico que se conoce como la “ceguera silenciosa”, porque al principio no suele presentar síntomas o estos son inapreciables por las personas que lo padecen.

Está producido por un aumento de la presión intraocular. Este aumento de tensión mantenido en el tiempo puede afectar al nervio óptico, destruyendo las células ganglionares y la capa de fibras nerviosas de la retina, de forma progresiva, lo que provoca una pérdida de la visión y, en ocasiones, una ceguera irreversible.

El glaucoma no tiene cura, pero se puede tratar de diferentes formas para que el paciente conserve la mayor parte de la visión el mayor tiempo posible. Se pueden aplicar colirios, un tratamiento con láser o realizar cirugías.

Factores de riesgo del glaucoma

Puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, pero a partir de los 40 años aumentan las posibilidades de padecerlo. La incidencia aumenta a medida que envejece la población. Sin embargo, aunque la edad sea factor de riesgo importante, existen otros que predisponen a padecer la enfermedad:

  • Antecedentes familiares de glaucoma.
  • Raza negra o asiática.
  • La miopía o la hipermetropía alta.
  • Tener las córneas delgadas.
  • Ser diabético.
  • Tener hipertensión ocular.
  • Haber sufrido traumatismos oculares.
  • Padecer otras enfermedades oculares: de retina, córnea, uveítis, etc.
  • Padecer enfermedades que puedan disminuir el flujo de sangre en el nervio óptico: migrañas, ICTUS, problemas vasculares, etc.

Para personas con alguno de estos factores de riesgo de glaucoma se aconsejan controles periódicos anuales, ya que, como hemos comentado, para prevenir el daño irreversible que produce el glaucoma es vital un diagnóstico precoz de la enfermedad.

Síntomas del glaucoma

Generalmente el glaucoma no presenta síntomas al inicio de la enfermedad, pero en las fases más avanzadas pueden aparecer las siguientes señales de alerta:

  • Visión borrosa.
  • Pérdida de visión en alguna zona del campo de visión.
  • Fuerte de dolor de cabeza y de ojos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de visión repentina.
  • Aparición de halos de colores alrededor de luces brillantes.

En la mayoría de los casos, el glaucoma solo se detecta en una revisión de la presión ocular en el oftalmólogo, puesto que pueden no existir síntomas evidentes de esta enfermedad en su fase más temprana.

No todas las personas con hipertensión ocular desarrollan glaucoma, pero disminuir esos niveles es la mejor forma de evitar su aparición y progresión.

Hábitos saludables para prevenir el glaucoma

Además de acudir al oftalmólogo de forma periódica, llevar un estilo de vida saludable puede contribuir a disminuir el riesgo de padecer hipertensión intraocular:

  • Mantén una alimentación equilibrada, rica en antioxidantes y vitaminas, e incluye en ella verduras de hoja verde y frutas. Reduce el consumo de grasas animales.
  • Bebe agua de manera abundante.
  • Practica ejercicio físico de forma regular.
  • Duerme al menos ocho horas diarias.
  • Controla tu tensión arterial y tu diabetes.
  • Descansa la vista, si pasas mucho tiempo frente a una pantalla.
  • Protege los ojos de cualquier lesión y de los rayos del sol.
  • Evita el tabaco.
  • Modera el consumo de café.
  • Controla el estrés.
  • Si tienes una tensión ocular alta, evita los corticoides tópicos y los fármacos vasoconstrictores.
  • Evita posiciones que requieran poner la cabeza hacia abajo durante un tiempo prolongado.

Tratamiento del glaucoma en Clínica Medina

En Clínica Medina contamos con la IPL (Luz Pulsada Intensa de ojos) de Lumenis, que mejora la sintomatología de pacientes con glaucoma, y la osmolaridad lagrimal. Además, OptiLight mejora el estado previo y posterior en las cirugías de glaucoma.

Si deseas más información sobre la importancia del diagnóstico precoz del glaucoma, ponte en contacto con nuestro equipo para analizar tu caso.

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